viernes, 20 de octubre de 2017

10 Consejos infalibles para que trabajar en casa sea un placer (¡Y no un caos!)

¿Se puede tener una oficina en casa y trabajar allí de forma eficiente? La respuesta es sí. Y no solamente eso, se puede trabajar en el hogar y que resulte placentero, productivo e, incluso, organizado. Desempeñar tareas en ámbitos no tradicionales no significa estar en ocio o descansando. Sin embargo, uno de los desafíos diarios del freelance es sortear los obstáculos de una sociedad que, de primera mano, no parece tener muy familiarizado el concepto de homeoffice.

A continuación, detallamos algunos puntos muy claros y, en apariencia, obvios para tener una oficina doméstica en armonía y progreso:



1 - Apropiarse del espacio: El primer paso es tomar conciencia que ese lugar ¡También! es un lugar de trabajo. Poder ver el ambiente hogareño como un sitio que incluye tareas laborales es la primera cuestión a resolver para que todo funcione. Es, casi, de índole psicológica la parte en que la persona asimila esa nueva realidad. Muchos trabajadores independientes sienten que, porque están en casa, su desempeño vale menos, o debería ser menos remunerado, que el de sus pares que concurren a una oficina. Este pensamiento es el gran rival a dar pelea.

2 - Generar reglas propias: No todos trabajamos igual bajo iguales circunstancias. Poder hacer de la diferencia un valor es el principal capital diferencial del freelance. Si, por ejemplo, la labor principal es escribir y la inspiración surge al atardecer entonces la norma será comenzar la faena cuando todos están finalizando la jornada. Y será así, ni más ni menos, que porque así funciona. Este tipo de decisiones son claves para la productividad y son muy importantes. 

3 - Pequeñas recompensas: El trabajo en soledad es duro y llevar un proyecto adelante con la sola estructura de un domicilio doméstico también. Por eso, la propuesta es a desafío cumplido, una pequeña recompensa como premio. Cual es la gratificación lo sabrá cada quien en cuestión, pero la idea es no perder de vista que hay muchas trabas en el camino y ser freelance merece un gran reconocimiento. Dado que no hay jefes ni superiores a la vista, pues bien, no olvidar que la recompensa depende de cada uno.

4 - Límites: Palabra problemática si las hay. Este concepto es conflictivo en el trabajo en relación de dependencia y lo es también en el trabajo independiente. en el caso de quienes trabajan en una oficina del hogar los límites suelen incluir al entorno. Parejas, hijos, hermanos, padres, vecinos y hasta colegas que deben comprender que el espacio laboral, sea cual sea, requiere respeto. Delimitar la invasión sonora y visual es una necesidad inexorable para el freelance.

5 - No sobrecargar la agenda: Es una tentación, por confuso y por dinámico, intentar que el tiempo sea más laxo de lo que de verdad es cuando no hay traslado a un lugar externo de trabajo. Se cae en el error de creer que, por estar en casa, se pueden hacer más cosas de las que uno haría si concurre a la oficina. Tal vez es verdad que se pueden maximizar las horas por cuestiones prácticas, pero el día sigue siendo un ciclo de 24 horas para todos. No hay que perder de vista este punto por ninguna razón. El stress, y las consecuencias físicas que es conlleva, en el caso del freelance no tiene cobertura médica ni social.




6 - Cuidar la alimentación: Por salud, por presupuesto y por productividad los alimentos y bebidas que se ingieren durante las horas de trabajo influyen y determinan que la labor se de calidad. Esto quiere decir que es fundamental hacer las cuatro comidas TODOS LOS DÍAS. La salud es el tesoro que más debe cuidar el freelance porque de su estructura física y mental depende su sustento.

7 - Salir a caminar: Pasear, ir al gimnasio, pasear al perro, ir de compras, tomarse unas horas para ir al parque o la actividad exterior que sea pero es necesario salir. Las ideas funcionan mejor cuando el cuerpo y la mente renuevan el aire y el ambiente. Un proyecto que se encuentra enfrascado puede retomar fluidez si se hace una pequeña pausa.

8 - Apagar la PC: Cuando se decide finalizar el día los dispositivos se deben apagar. Dejarlos en reposo o estado de hibernación es una tentación para retomar las tareas. Esto no es recomendable. El trabajo en continuado 24 horas no es positivo ni para el freelance ni para el proyecto en el que se desempeña. Además, en la mayoría de los casos, las actividades incluyen otras personas a distancia. Enviar mails y mensajes fuera de horarios prudentes solo generará conflictos y malestar. Respetar los horarios propios y ajenos colabora con la armonía y el buen funcionamiento del emprendimiento.

9 - No perder el contacto exterior: Un proyecto puede sufrir un notable deterioro si no tiene los pies sobre la tierra. Si el emprendimiento se trata, por ejemplo, de producción y venta de alimentos, es importante, de vez en cuando, ir por una observación sobre lo que hacen los locales gastronómicos de la competencia. Si se trabaja con información, datos, estadísticas y demás, aún con más razón, hay que mantenerse al día con las noticias. Estar en casa tiene como riesgo principal caer en la trampa de abstraerse de la realidad. Esto solo se traducirá, a mediano o largo plazo, en pérdida de nociones y de oportunidades del negocio.

10 - Confiar: Es una palabra que se usa mucho en la filosofía oriental y, para los emprendedores, es casi un salvavidas. Iniciar un camino independiente requiere valentía y determinación. Si se comienza esta nueva vida es porque, a conciencia, se generó una decisión muy profunda. En cambio, muchas amenazas externas hacen crecer dudas, angustias, preguntas y alertas. Las largas jornadas en soledad puertas adentro del hogar no hacen más que agudizar esta situación. Cuando esto suceda, tan solo confiar.

Fernanda Santágata

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