#HaceloPosible, mi blog sobre autogestión, nació en el año
2017 mientras observaba una caravana interminable de fieles peregrinar desde el
sur hacia la iglesia de San Cayetano. Pasé mi adolescencia en el perímetro que
une los barrios de Liniers, Versalles, Villa Real, Villa Devoto y Partido de
Tres de Febrero del lado de provincia. No soy católica, pero todes les que pasamos
mucho tiempo cerca de San Cayetano sabemos que el 7 de agosto se mueve una
energía muy poderosa. SanCa no es un santo porque dejó de pertenecerle de
manera exclusiva a la Iglesia Católica hace décadas. El día de San Cayetano es
un ritual popular y los rituales populares no tienen dueños. En Argentina el
día del Trabajo de las clases populares no es el 1º de mayo sino el 7 de agosto,
como ese lunes helado que me encontró con un nudo en la garganta frente a los
que pedían trabajo.
En esta tierra se usan las frases “buscar trabajo”, “encontrar trabajo”, “pegar trabajo” y hasta “rezar por trabajo”. Sin embargo, cuando realmente alguien tiene una actividad suculenta lo que escucha es “¿Cómo hiciste?” y, acto seguido, se indaga sobre contactos, golpes de suerte u otros rituales similares a SanCa. Si el trabajo es generoso se menciona a la suerte y si es nefasto es elucubra echar mano a la agenda o alguna acción mágica a la cual solicitar el cambio. Acá, en la tierra de San Cayetano, no hablamos de generar trabajo. Es curioso entonces como se nos infla el pecho cuando hablamos de René Favaloro, el recientemente retirado hacia la inmortalidad Quino o los mismísimos creadores de tantas empresas unicornio que son inspiración mundial. Esas personas, para les argentines, no son laburantes, son seres tocades con la varita mágica. En fin, acá el trabajo es un problema, un dolor de alguna parte del cuerpo y un espacio relegado al sufrimiento. Les que no tenemos el touch varita sobre la cabeza estaríamos destinades a padecer para ganar el sustento y luego, obvio, despotricar en la mesa de turno.
En el año 2011 me quedé sin trabajo con 33 recién cumplidos,
15 años de experiencia en medios de comunicación, más de 30 materias cursadas
de Ciencias de la Comunicación y un currículum sobrecalificado para todo empleo
posible. Me negué de manera rotunda y contundente a la autogestión. De hecho,
no conocía el término autogestión. Tampoco había muchas posibilidades de
conocerlo porque ni bien alguien iniciaba una conversación sobre el tema mi
respuesta era “N-O” con razones ridículas e infantiles. Hoy sé que mi realidad
era casi la misma que la de todas las personas que afirman no poder
autogestionar: Falta de formación y de información sobre el trabajo
independiente. Entre agosto del 2011 y abril del 2013 quedé “desempleada”.
Dicho de otra manera, me despidieron 5 veces fuera de empleos informales,
precarizados, mal remunerados y, en algunos casos, indignos. Además, me
encontraba en situación judicial con mi último empleador formal, una
multinacional del tamaño de un continente. Al principio, en cada desempleo
lloraba, después me anestesié. Mientras mi peor versión de reina del drama se
profundizaba, un día, sucedió lo que todes les emprendedores necesitamos:
Alguien creyó en mí. Y así fue que tuve una amiga que me dijo la frase “No
vamos a perder un minuto más en llorar por esto”. Luego, solo algunos años
después, fue mi socia con quien fundé Olson Harris, mi agencia de comunicación
digital de la cual hoy soy la única titular. #HaceloPosible, era un botón vacío
en el sitio web de Olson y, desde aquella mañana gélida de 2017 en la que lloré
viendo la pobreza, es un espacio escritura. Ahí, vuelco todos los tips que
acumulé desde el 2011 hasta hoy subo todo lo que hubiese necesitado saber,
convencida que así me hubiese ahorrado dolor.
Desde el 2013, año en el cual comencé a trabajar de forma
independiente, hasta hoy pasaron casi 8 años. Durante este tiempo inicié
proyectos y fracasé y comencé emprendimientos en los cuales me fue bien pero
igual los di de baja porque no me hacían feliz ¿O acaso no autogestionamos para
ser libres? Pues me lo tomé en serio. Además, armé bocetos que tiré a la
basura, me reuní con infinidad de gente con la cual no llegamos a nada, me
ofrecieron la fórmula del éxito incontable cantidad de veces y siempre pero
siempre que creí que era la última vez que volvía a empezar hubo un siguiente
comienzo de algo. Con el tiempo aprendí que nada se tira, todo se transforma. Así
que, como las ideas no ocupan lugar, tengo un inmenso baúl invisible lleno de
propuestas e intenciones que saco y reciclo según la ocasión. Eso sucedió en
agosto (¡Otra vez agosto!) del 2020…
Sol Liggera le hace honor a su nombre. Por donde la miren y
la escuchen, es una fuente natural de energía. Pero vayamos un poco más atrás.
Lo mejor que le pasó a la humanidad en este siglo es el feminismo como
movimiento político, pero también como forma multifacética de aportar
soluciones a la vida diaria. Por esa razón, en los últimos años me sumé a
grupos feministas colaborativos de todos los rubos y colores. Periodismo
feminista, autocuidado, sororidad habitacional y lo que se les venga a la
mente. Para todo, el feminismo tiene una respuesta. En uno de esos grupos de Whatssap
estábamos Sol y yo, cada una arrojando y tomando información. Fue entonces que
desde “Periodismo feminista” salté a “Búsqueda laboral 2 - comu”,
otro chat con similar espíritu que modera la hoy amiga y compañera Liggera. El
10 de agosto Sol se encontraba en busca de alguien “que sepa mucho de
LinkedIn” para hacer una entrevista vía live en su Instagram sobre como mejorar
el perfil. A cinco meses del inicio de la cuarentena, trabajando a destajo una
cantidad inhumana de horas con el objetivo de mudarme a un espacio más generoso
y sostenida solo por el contacto virtual con mis amigues le escribí a esta
desconocida para ofrecer mi participación en sus vivos de Instagram. Eso también
me lo enseñó la auto gestión. Si sale mal no pasa nada, pero se hace haciendo,
así que siempre lo más importante es eso: Hacer. El primer live sucedió la
noche del 18 de agosto y, según Sol, había algo copado en la posición astrológica.
Durante dos meses, mientras preparaba mi mudanza en pandemia, hicimos muchas
transmisiones en vivo hasta que se cortaban y nos volvíamos a conectar.
Hablamos de todo lo que, hoy sé, para Sol era importante. La idea consistía en
armar un perfil en redes sociales que sea tan relevante que como para conseguir
el mejor trabajo del mundo. Optimización de LinkedIn, biografías exitosas,
consejos para el CV digital, consejos para la foto del CV digital, imagen de
marca personal, posicionamiento en Google con distintas facetas profesionales,
cotizaciones en línea, cotizaciones personalizadas, propuestas a medida,
alianzas estratégicas, búsquedas en grupos, trato y contacto con les clientes y
mucho más. Y sí, la magia comenzó a suceder. Lo que yo hice durante años en
#HaceloPosible ahora sucedía en #InfoLiggera y otros y otras y otres empezaban
a aplicarlo en sus propias vidas.
Sol Liggera es psicopedagoga, guionista, periodista y
productora de contenidos. Pero, por sobre todas las cosas, es un ser de
creación. A medida que nos fuimos conociendo nos dimos cuenta que el milagro
del feminismo había hecho de las suyas una vez más. Se unieron nuestros
espacios virtuales y también nos unimos nosotras. Desde hacía mucho tiempo Sol
quería dar un giro a su #InfoLiggera y armar un espacio único en el cual
incluir y desarrollar todos sus productos. Por mi parte, en plena re
planificación y re diseño de mi agencia Olson Harris, continuaba ansiosa por
hacer algo más grande con #HaceloPosible. De #InfoLiggera y #HaceloPosible
nació #MiraDeQuienTeBurlaste, un espacio de producción y autogestión para
juntes hacer de la vida laboral una zona feliz. Por eso, el domingo 11 de
octubre, a las 6 PM nos encontraremos con seguidores y amigues vía zoom a
sacarle la lengua al 2020. Quedan todos, todas y todes formalmente invitades a
burlarse con nosotras*…
Fernanda Santágata
*Inscripciones en el link de la bio de Instagram de @miradequienteburlasteok
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