martes, 21 de diciembre de 2021

#HaceloPosible ✊ Capítulo 5: Los emprendedores no tenemos fin de año

Cobrar, facturar, entregar pedidos, responder reclamos (aunque sean injustos), atender llamados, contestar Whatsapp hasta cualquier hora, chequear stock, reponer stock, inventarle horas al día, confirmar que trabajamos el 24, confirmar que trabajamos el 31, buscar refuerzos, pedir manos prestadas, hacer malabares… 

¿Cómo viene tu fin de año? ¿Otra vez estás haciendo lo que el año pasado dijiste que no ibas a hacer el próximo diciembre? Del 1 al 10 ¿Nivel de autoexigencia y, porque no, autoexplotación? 


Confirmado: En la autogestión no hay fin de año. Lo supimos siempre, lo confirmamos en cada cierre de período ¿Porqué? Porque el sistema no nos beneficia y nosotrxs, a veces, estamos muy solxs a la hora de tomar decisiones difíciles y estresantes. Entonces, para esto también, existe nuestra comunidad #HaceloPosible 



Algunas cosas que aprendimos en casi una década de autogestionar, van enlistadas a continuación un poco como catarsis y otro poco para producir un protocolo de fiestas que nos quede para siempre: 


1 - Practicidad y pragmatismo: no es momento de arreglar ni solucionar la vida sino de pasar diciembre lo mejor posible. Eso incluye, por supuesto, vender todo lo que se pueda y aprovechar la temporada alta. Vamos a lo que funciona. Si sos obse por la perfección entonces es buena idea anotar todo eso que se te ocurrió para ponerlo en práctica desde el verano y, tal vez, armar un plan de acción para el próximo fin de año. 


2 - No te enganches: es casi inevitable que en estas fechas sucedan movimientos negativos. La mayoría de las veces seguro que no se trata de malas intenciones, son solo los nervios del momento. No discutas con colaboradores, proveedores ni clientes. Tomá nota y retomá la conversación cuando pasen las fiestas. Lo ideal es armar una guía para trabajo en equipo durante épocas de mucha exigencia y, tal vez, lo puedas pensar para tu próximo pico de actividad. 


3 - Amigate con el Excel: en realidad podría ser amigate con la tecnología en general. En diciembre, necesitas soluciones y las aplicaciones, programas y plataformas las ofrecen. Si sos anti todo te invitamos con amor a que lo consideres para 2022 porque la exigencia en la autogestión va en aumento y los avances tecnológicos existen para ayudarte a pasarla mejor. 



4 - No es tiempo de tomar decisiones: Es probable que en algún momento colapses y te pinten las decisiones disruptivas.Por favor no lo hagas y esperá a enero. Si sos del grupo privilegiadx que se toma vacaciones durante el verano, entonces que sea después del descanso. Si no tenes receso, igual los primeros meses son mejores para reflexionar. Cualquier cosa es preferible antes que meter cambios durante la euforia de diciembre. 


5 - Andá a lo seguro: Es momento de maximizar la eficiencia. Muchos y muchas están full ventas y facturación y, desde luego, eso es la prioridad. Entonces no experimentes. Ese tip mágico que te pasaron dejalo para otro tiempo más tranqui. Ahora no arriesgues, no innoves y andá por todo.


6 - Dejá pasar la ola: Este diciembre, como todo, también pasará. Pensas que es el fin, que no podés más y que en enero comenzarás a mandar CV para volver al horario de 9 a 18 de lunes a viernes. No te vamos a convencer de lo contrario, solo te proponemos esperar unos días. En enero, al lado de la pile, con algo fresquito y de nuevo con los pies en la tierra todo será más fácil de resolver. 


Fernanda Santágata


jueves, 11 de noviembre de 2021

#HaceloPosible ✊ Capítulo 4: Freelancers, emprendedores y monotributistas ¿Y yo quién soy? 🤔

Bienvenides al cuarto capítulo de este espacio de autogestión en el cual nos proponemos compartir y circular la información que todos y todas necesitamos. En ediciones anteriores hemos visto que, al parecer, definirse y presentarse en sociedad es un tema que preocupa y mucho a los principiantes en la autogestión. Esto, desde luego, tiene una explicación y tiene que ver con entender el proceso. Todo aquello que angustia resulta menos traumático cuando se puede definir con palabras. Y sí, el inicio de  la autogestión puede ser angustiante y traumático. De esto se trata #HaceloPosible, de poner a disposición la información correcta para bajar el estrés y elevar la satisfacción y la alegría. 

En el episodio 2 nos metimos de lleno con el conflicto que se produce en la mente y en el corazón de alguien que comienza un camino independiente y descubre que los demás no comprenden su trabajo. Hoy, en cambio, vamos por una confusión relacionada con las categorías dentro de las cuales se realizan las actividades. Y no tiene que ver solamente con una cuestión formal, impositiva, administrativa o burocrática. De hecho, en lo social, cada una de las denominaciones que vamos a ver a continuación tienen una posición determinada. Y no hablamos de jerarquías o status sino de roles. De quién es quién en el amplio mundo de la auto gestión.



Ahora sí, nos zambullimos en las etiquetas de la autogestión ¡SPOILER ALERT! Podes ser una, dos o todas a la vez 😲😱


Freelancers: Se denomina de esta manera a la persona que trabaja de manera independiente. Si bien, y por lo general, se relaciona a esta descripción con profesionales también pueden ser artesanos o portadores de oficios. Se trata de una forma de brindar un servicio por fuera de la estructura formal de una empresa. Muchos freelancers ocupan la figura de “proveedores externos” ya que ofrecen soluciones a una compañía sin formar parte de la planta permanente de la misma. Una de las principales ventajas es que los freelancers pueden ofrecer su trabajo en varias organizaciones a la vez; ya sean estas públicas, privadas o sin fines de lucro. Otro beneficio es la posibilidad de decidir los valores de sus honorarios y definir sus horarios de trabajo. Un mito muy frecuente es que les trabajadores freelance no tienen estabilidad laboral. Esto no es del todo cierto ya que un/a freelance puede permanecer años en vínculo permanente con un cliente. Si lo de elegir honorarios y horarios no te cierra tomalo con calma, en próximas entregas hablaremos de las herramientas de negociación. 


Monotributistas: Son personas físicas inscriptas de tal forma en el registro de la Administración Federal de Ingresos Públicos, también conocida como AFIP. Esta gestión permite ofrecer comprobante electrónico de pago, o factura, a cambio de la retribución de un producto o servicio. Las empresas que tienen su situación fiscal en regla necesitan que sus proveedores externos cuenten con monotributo en igual condición. De esta manera, se efectúan los pagos vía transferencia bancaria luego de la recepción de la factura correspondiente. Por todo esto, la mayoría de los trabajadores freelance necesitan inscribirse en el régimen de monotributo para poder sostener su actividad. Sucede algo muy parecido con emprendedores que quieren cerrar operaciones de compra y venta con compañías que les exigen facturación. El monotributo requieren un pago de una cuota mensual en la cual se encuentran incluidos los aportes jubilatorios y el arancel de la obra social. Desde #HaceloPosible recomendamos siempre la inscripción en el sistema de monotributo ya que permite ampliar negocios y crecer en la autogestión. 



Emprendedores: En HP preferimos la expresión productores independientes pero el concepto de emprendimiento se puso muy de moda en los últimos años así que vamos a trabajarlo. La diferencia entre freelancers y emprendedores está en la estructura. Un/a trabajador/a freelance lleva por marca su nombre y por presentación su CV. En cambio, un emprendimiento puede comprender varias actividades o distintas capas de negocios en las cuales se entrelazan productos y servicios. Otro dato importante es que un emprendimiento  puede involucrar a más de una persona, incluso a equipos de trabajo. Si bien un proyecto de esta características puede llevar el nombre de su creador, también puede haber una denominación de fantasía que represente el espíritu de la propuesta. Un emprendimiento, además, es una marca y conlleva una estrategia para que funcione acorde a todos los componentes que incluye. Sin embargo, puede suceder que un negocio de emprendedores incluya servicios freelance. De hecho, en el caso de los freelancers, la profesionalización de sus tareas puede resultar en algo más grande y allí surge un emprendimiento. Los emprendedores también pueden ser monotributistas para integrar de manera formal el mercado de trabajo. 


Como habrán visto, podemos ser uno, dos o los tres a la vez. Lo importante es conocer los beneficios de cada una de estas etiquetas y ordenar la identidad propia de manera más fiel a nuestros valores, necesidades y sueños ✊


Fernanda Santágata



martes, 28 de septiembre de 2021

#HaceloPosible ✊ Capítulo 3: Autogestión y crisis | 4 pilares para hacer la vida más fácil 💅

#HaceloPosible es un espacio de autogestión que propone la evolución proyectos propios pero, también, hacer la vida más fácil. En los capítulos 1 y 2 ya contamos cómo surgió esta idea, el nombre y cómo nos sentimos muches durante el inicio de un emprendimiento. Freelancers, monotributistas y productores independientes somos, aún hoy, los outsiders de la sociedad. Incluso cuando desde todos los sectores surgen discursos pro emprende, la realidad es muy dura y diferente. Las ciudades, los sistemas impositivos, las dinámicas familiares y hasta los horarios sociales no están preparados y no contemplan el trabajo autónomo. Esto genera angustia y desazón en nuestra comunidad, incluso, a veces, ganas de abandona todo

 Entonces ¿Qué hacer? No tengo una fórmula mágica y, como digo siempre, lo que me funcionó a mí tal vez no le funciona a otres. Pero sí puedo mencionar algunos pilares que son esenciales y una ayuda increíble en momentos de crisis severas. 

 Vamos con mi top 4 para salir de la angustia y desesperación:

1 - Interactuar con otres emprendedores: Existen grupos de todo tipo, virtuales y presenciales y también foros en los cuales se puede conversar sobre este y otros temas. Desde mi punto de vista, la mejor forma de mitigar la sensación de incomprensión es con pertenencia. Sumarse a espacios de pares es la idea más certera que puedo aportar para empezar a salir del círculo. Pero, además, según mi experiencia son los espacios en donde circulan más oportunidades. Incluso hay muchas posibilidades que no están en la superficie, sino que hay que surgen de a poquito. Alianzas, negocios, intercambios y hasta grandes amistades surgen todos los días en los grupos. Los más populares los podés encontrar en Facebook, LinkedIn y también pedirles a colegas que te sumen en WhatsApp y Telegram. 


 


2 - Escribir: Así nació #HaceloPosible y así suelo solucionar muchos dilemas de mi vida autogestionada. No es necesario escribir para publicar, tal vez solo a modo de diario personal. La palabra escrita es la forma de lenguaje más eficiente que tenemos los seres humanos y, por lo tanto, la más útil para salir de las crisis. La escritura es una gran terapia y, además, sirve para organizar ideas... El secreto está en la relectura, un tiempo después con más calma después de la tormenta. Podes llevar un diario en papel, un block digital o hacer notitas y dejarlas a la vista. El sistema que mejor te funcione siempre será perfecto.  

3 - Actividades divertidas y relajantes: Leopoldo Marechal decía que de un laberinto se sale por arriba. Nadie puede resolver un problema si su mente se encuentra 24x7 en el mismo punto de conflicto. Todas las cabezas necesitan descansar. Sí, también descansar de la familia, las parejas y el entorno en general. Para tomar buenas decisiones hay que disponer de salud mental y, para eso, se necesita ocio, esparcimiento y risas. Dale descanso a esa máquina que no para de solucionar imposibles y que, es muy probable, se haya estancado. Hacé cosas que te gusten porque para eso también está buena la autogestión. 

4 - Terapia: Cortito y al pie. Elegir une terapeuta con mirada de género es la mejor elección para construir un emprendimiento y hasta una vida de autogestión. Esto es así porque la vida de los emprendedores no es ni lineal ni tradicional, entonces vas a necesitar puntos de vista lo menos conservadores posible. Abrite a nuevas miradas, pero apoyate en la contención psicológica porque, como dije al principio y repetiré por siempre, las fórmulas mágicas no existen. 

Ahora que repasamos los 4 pilares intentá pensar tu próxima semana con tiempos para este cuarteto poderosos. Momentos para intercambiar con otres que están en la misma, actividades piolas que te hacen feliz, unos ratitos para bajar ideas por escrito y ayuda profesional para tu salud mental ¿Suena bien, ¿no? Sin dudas que sí… 😉

Después me contas 

Fernanda Santágata


viernes, 27 de agosto de 2021

#HaceloPosible ✊ Capítulo 2: Nadie entiende de qué trabajo 🙈

¿Qué pasa si lxs demás no entienden de qué trabajo? ¿Realmente es trabajo eso que me ofrece ingresos y hasta me hace feliz si el resto comprende de qué se trata? ¿Trabajar y que mi familia, mis amigos y la sociedad entera no reconozca mi actividad puede tirar abajo un emprendimiento prometedor?

 Si les parece que estas preguntas son exageradas vengo con noticias que están respaldadas por 9 años de autogestión y 5 de capacitadora: No, no solo no son exageradas sino que son un costado súper sensible de la emocionalidad emprendedora. Entre las anécdotas que tengo grabadas a fuego en mi memoria hay un episodio puntual de la época en que aún dábamos talleres grupales presenciales. Luego de una exposición en la cual conté todo mi recorrido desde desempleada hasta Olson Harris una participante levantó la mano. Era una chica joven que se encontraba en evaluación de propuestas freelance y tenía dudas sobre cómo resultaría. Mi devolución consistió en explicar todos los motivos por los cuales todo podía ir bien y mis reflexiones sobre porque aún no era momento de sentenciar lo contrario. La muchacha me contestó “¿Podrías explicarle todo esto a mi papá?”. La sala explotó en risas y yo, reconozco, más que gracia sentí impulso de salir corriendo. Por supuesto, no huí, me quedé y acompañé al grupo en una suerte de sesión de autoayuda que se armó en torno a esta experiencia. Lo cierto es que esta escena se repite muy seguido en los cursos y, ahora, en las clases individuales, llegan las mismas confesiones sobre a la angustia que produce la mirada externa. 




PPero ¿De qué se trata este quiebre emocional por la incomprensión respecto del trabajo independiente? Y aclaro que la palabra es incomprensión en el mejor de los casos. Entonces seré directa y diré que hablamos de boicot y, por lo general, lo ejecutan las personas más cercanas. Esto se repite una y otra vez en una suerte de círculo viciosos: Inseguridad ante el inicio del emprendimiento, burlas y comentarios despectivos, cuestionamiento y/o desaprobación, angustia del/la emprendedor/a, pasos en falso, más inseguridad y la rueda vuelve a empezar. Los motivos de este fenómeno son muchos y diversos. Uno de los factores que he detectado son el clásico miedo a lo desconocido. La persona que elige el camino independiente está marcando un rumbo disruptivo que pone en alerta al resto. Otra cuestión es la reacción ante el empoderamiento ajeno, y ya sabemos que esta sociedad no se lleva bien con la idea de libertad. Por último, mi preferido, el síndrome del espejo. La evolución personal y profesional de alguien que emprende refleja la incapacidad que sienten los demás para salir de su zona de confort. 

 Es imposible continuar con este tema sin mencionar que en la inmensa mayoría de los casos de boicot familiar/social sus protagonistas son mujeres. Desde luego, el bloqueo suele llegar de novios, maridos, hermanos, hijos y demás masculinos circundantes ¿Por qué? Aquí la respuesta es aún más obvia. Vivimos en una sociedad machista y misógina y no se trata de una sentencia simplista, más bien, todo lo contrario. Hasta el día de hoy, en todo el mundo, la mayoría de los puestos laborales con mejor remuneración económica son ocupados por varones. La población masculina tiene el liderazgo absoluto en rubros como ingeniería, sistemas, finanzas, minería, petróleo y todas las áreas técnicas más rentables. Este cuadro no es casual y tiene un orígen en las infancias. El mensaje que recibimos las mujeres desde niñas es un mandato hacia las tareas de cuidado, los roles de servicio y, para las más “audaces”, el arte y la creatividad. Debemos ser todo corazón y desarrollar actividades que no nos obstaculicen el rol de madres. Para las que deciden cruzar la frontera y aspirar al éxito profesional, quedan los estereotipos y las excepciones fálicas. Como ejemplo, vale recordar a Miranda, la jefa despiadada en la peli “El Diablo se viste a la moda”, interpretada por la enorme Meryl Streep. En este contexto, muchas mujeres tienen enormes dificultades para hablar dinero, activar los vínculos de networking, pensar estratégicamente y, al final, hacer buenos negocios. Y, claro está, aquí no hay problemas de incapacidad sino una tradición cultural patriarcal que pesa como una mochila de hormigón. 



Cuando converso sobre estos temas en clase o en mis grupos de pertenencia siempre hay un momento en cual me toca contar mi experiencia. Con total honestidad, yo pasé por el mismo recorrido y me resultó muy difícil vencer los obstáculos que el patriarcado había instalado en mí. Pero todes tenemos un momento en nuestra historia en el cual hacemos un click. En mi caso, ese momento mágico fue una charla con mi mejor amigo, quien decidió vivir de su profesión, la música, y lo logró. En lo personal, luego de más de 15 años de trabajo en medios de comunicación y prensa musical, sé que para lxs artistas pagar las cuentas en Argentina es casi una odisea. Una noche, hace ya unos cuantos años, nos juntamos con Diego a hacer catarsis. En realidad nos encontramos para que yo cuente mi crisis existencial como emprendedora mientras él me escuchaba con paciencia. Después de un largo rato de oír mis quejas e inseguridades, mi amichi me dijo una sola frase que fue determinante para el famoso click: “Si yo decidí vivir de la música y lo conseguí vos podes vivir de escribir y de cualquier otra cosa que te propongas”. La idea más clara y sensata que había escuchado en los últimos tiempos no estaba basada en la inspiración sino en la realidad con una mirada pragmática y lógica. Alguien que yo amaba, y que había conseguido algo dificilísimo, me aseguraba que mis herramientas servían para alcanzar mis objetivos. Además, tenía menos obstáculos y ya había comenzado. La respuesta a mi crisis era “Hacelo posible”, como el nombre de este blog y como la devolución que le dí a aquella chica en el taller cuando me pidió que le explique su trabajo al papá.

Fernanda Santágata

 


sábado, 7 de agosto de 2021

#HaceloPosible ✊ Capítulo 1: ¿Cuánto vale ese aprendizaje? 🙌

 ¿Cuánto vale todo ese aprendizaje?

De todos los consejos, frases de corcho y consuelos que recibí la última vez que me quedé sin trabajo esta es mi pregunta preferida. Y se convirtió en mi favorita por dos razones, primero porque es verdad, no puedo calcular cuánto vale lo que aprendí después de trabajar 15 años en multinacionales y salir de la experiencia toda rota por dentro y por fuera. La segunda razón es que, toda esa experiencia corrosiva, nociva y, sí, es cierto, incalculable, la coloqué donde correspondía: MI PROYECTO. 

Me llamo Fernanda Santágata, me dicen Fergie y soy la responsable de una locura genial que se llama Olson Harris. Este es el nombre de mi agencia y #HaceloPosible es es slogan que tiene una historia que les voy a contar hoy. Por cierto, mi propósito es retomar este espacio después de unos meses de ausencia para mostrarles cómo hago lo que hago. En otras palabras, de qué se trata ser profesional independiente monotributista en Argentina. Y también, digamos todo, como sucede el milagro de vivir de lo que amo.

Como hoy es el primer día de esta nueva etapa de #HaceloPosible, comenzaré contando la historia de esta frase que hoy ya es un concepto. Durante unos cuantos años, período que incluyó la gestación de este OH, me tocó residir en el complicado y magnético barrio de Montserrat de la ciudad de Buenos Aires. Mi ubicación era un punto intermedio entre el Congreso de la Nación, blanco de todas las protestas sociales, y el Obelisco, punto turístico por excelencia y emblema nacional. Al poco tiempo de mudarme a la zona fundé con una amiga este emprendimiento, empezamos a recibir cada vez más trabajo y las cosas iban más o menos bien, con altibajos, pero bien. Mientras todo tomaba forma, surgían otras cuestiones interesantes como, por ejemplo, la posibilidad de dar cursos y talleres a otrxs emprendedores. Lo que sucede cuando se comienza la vida freelance, y surge de forma natural, es que le dueñe de ese negocio en gestación se convierte en el gurú de su círculo íntimo. Hay un proceso intrínseco al período de arranque en el cual, a la vez que se aprenden temas que nadie te enseñó ni en la escuela ni en la universidad, les pares preguntan. En eso andaba yo por el 2017, a un año y medio del día cero de Olson Harris y a más de 5 años de trabajar de forma independiente. Eso era más o menos mi vida aquel 7 de agosto en el corazón de la Ciudad de la Furia. 

Una de estas cosas que no te dicen de la vida autogestionada es que vas a tener que hacer muchas tareas que no te gustan. En criollo: la autogestión no es apta para caprichosxs. Si no tenes disponibilidad mental y emocional para hacer actividades que no estaban en los planes entonces retrocedé que estás a tiempo. En este sentido, mi historia no fue la excepción. Yo quería que Olson Harris sea mi pasaporte hacia vivir de escribir pero la gran mayoría de los temas sobre los cuales lo hacía me importaban nada o menos que nada. Peor aún, muchos tópicos me desagradaban bastante, más me representaban ingresos fijos. Por supuesto, hubo honrosas y nutritivas excepciones de las cuales hablaremos otro día y que generaron frutos que cosecho hasta el día de hoy. Entonces, para no morir de aburrimiento y frustración, decidí decorar mis horas de escritura con un blog que es, ni más ni menos, que este mismo. En honor a la verdad, el botón de Blogger estaba colocado en la web de la agencia desde que la lanzamos en 2016 pero no le encontrábamos la vuelta. Entonces, desde mi función de redactora (entre otras miles de funciones en modo multitasking), tomé las riendas y me hice cargo de la plataforma. 

¿Qué escribo? ¿De qué  hablo? ¿Yo no tengo nada interesante para contar? 

Hoy resondo estas preguntas con mis alumnxs en los talleres, las mismas que un día me hice yo y que, cada tanto, regresan en modo de invasión zombie. En general, las respuestas a estos interrogantes aparecen solas. Como me pasó a mí el 7 de agosto del 2017, cuando buscaba con qué rellenar un botón repleto de hojas en blanco. Lo que hoy digo en clase, es lo mismo dije en aquel momento: Todes tenemos una historia para contar. Vivimos en una sociedad extremadamente cruel que define a sus integrantes por su lugar de pertenencia. Muchxs llaman a esto meritocracia y consiste en la utilización de privilegios, o derechos para pocos, a partir del lugar de nacimiento, de residencia, de estudio y de trabajo, entre otros. Conforme a esta lógica perversa muchas generaciones fuimos educadas en la cultura de buscar trabajo y nunca nadie nos habló de generarlo. Además, a los escasos beneficios que el mercado laboral le otorga a sus empleados se lo denomina “derechos adquiridos” para dejar bien en claro que rechazarlos es, cuanto menos, una ingratitud. Para que el concepto termine de cerrar, a la condición de empleador y empleadx se la llama “relación de dependencia” ¿Alguna vez analizaron esa expresión? Es un vínculo en el cual unx depende de otrx para vivir. Y así, con toda esta carga simbólica, miles de millones de personas en Argentina durante décadas y décadas hipotecaron sus presentes y futuros con la convicción que la única forma de sobrevivir es tener suerte. La suerte de conseguir el trabajo de sus vidas. 

Durante muchos años de mi vida estuve en sintonía con San Cayetano. Cabe aclarar que no soy católica y no es una cuestión solo de creencias, ni siquiera estoy bautizada, muchos menos tomé la comunión. Lo que sucedió es que cursé la escuela secundaria en un barrio contiguo a Liniers y, por cuestiones familiares que no vienen al caso, durante mucho tiempo transité las veredas de esa iglesia. Por razones diversas, siempre algo me lleva de nuevo a la zona Sanca, como lo suelo llamar. Los santos populares ya no pertenecen ni a los curas ni al Vaticano y los rituales populares son movimientos de muchísima energía que fluye por fuera de las instituciones. Por estas razones, me permití siempre simpatizar con este patrono del trabajo. A lo largo de mi existencia he conocido muchas historias sobre San Cayetano y sus fieles y me he sorprendido con emoción y respeto. Casi que estaba escrito en el destino que #HaceloPosible iba a nacer un 7 de agosto mientras observaba, y lloraba, por la peregrinación más impresionante que había visto jamás de personas que pedían trabajo. Las columnas de gente bajaban por la avenida 9 de julio, la más ancha del mundo, muy cerca de mi departamento en Montserrat. Había visto muchas marchas de SanCa pero ninguna como la del 7 de agosto de 2017 y no me alcanzaban los ojos para contemplar esa postal desesperada. Pero, toda esa gente que “pedía” ¿Alguna vez había considerado otra opción? Y ahí llegó sin pedir permiso una idea. No tenía una forma real en la que yo pudiese transmitir lo que había aprendido en mis años de desempleada, mucho menos hacerlo a millones de desconocidxs adoradores de San Cayetano. Pero lo que sí podía hacer era construir un espacio en el cual contar lo que viví, lo que decidí, lo que experimento todos los días y cómo es la experiencia de construir el propio empleo. Claro que podía hacerlo, y estaba a un botón de distancia.  

¿Cuánto vale ese aprendizaje?

Vale un montón y por eso escribo en este blog todo lo que sé sobre emprender. Bienvenidos a #HacelPosible, comunidad de autogestión para todos, todas y todes.


Fernanda Santágata