En tiempos de pandemia muchos emprendedores y empendedoras aprovechan
el tiempo en casa para mejorar su portfolio de aptitudes. En la actualidad hay una
sobre oferta de cursos gratuitos a distancia que, a priori, pueden parecer un
festín de capacitaciones en continuado. Sin embargo, hay cuestiones importantes
a tener en cuenta en plena crisis. El aislamiento incluye una sensación de
vulnerabilidad y distintas fragilidades emocionales o zonas de conflictos. Todos
y todas, freelancers incluidos, estamos en una etapa difícil mientras la crisis
se profundiza y la incertidumbre avanza. En este sentido, conviene tomar nota
de lo que indican los especialistas de la salud mental: Evitar la sobre
información. Es por eso que desde #HaceloPosible incentivamos la capacitación
en cuarentena y, de hecho, ofrecimos hace muy poco un amplio listado de opciones
con gran repercusión. En cambio hoy invitamos a reflexionar sobre nuestro
tiempo de instrucción y asesoramiento mientras el confinamiento se desarrolla
sin fecha de vencimiento. Elaboramos algunos tips para evaluar y considerar en
la intimidad antes de tomar la decisión de inscribirnos en cursos y talleres, ya
sean gratuitos o pagos:
- - Evaluar los tiempos: Este consejo apunta
a no asumir que porque estamos en cuarentena tenemos todo el tiempo del mundo.
En cada casa surgieron necesidades nuevas y muchos y muchas tenemos nuevos desafíos.
Todo esto conlleva mucho tiempo y las capacitaciones, por muy dinámicas que sean,
tienen también su carga horaria. Hacer el cálculo de las horas que requieren
con anticipación evitará una frustración innecesaria en tiempos tan sensibles. Si
la propuesta no brinda esa información de ante mano bien se puede consultar.
Cualquier profe valorará la honestidad y responsabilidad de evitar un
compromiso si no es viable.
- - Chequear si es funcional a los objetivos:
Nos encontramos en una etapa de emergencia mundial. Aún cuando la situación
propia no sea tan apremiante como la de la mayoría, no se puede desconocer esta
coyuntura. Esta máxima incluye todas las decisiones, inclusive las actividades
educativas. En antiguas publicaciones hablamos de la planificación estratégica,
una forma de organizar mentalmente un proyecto personal y profesional. Hoy es
un buen momento para revisar, y porque no volver a realizar el ejercicio, deesta planificación estratégica en tres pasos. El tiempo puertas adentro y el
encuentro con nosotros mismos es una gran instancia de auto evaluación y ordenamiento
de los objetivos. Este análisis llevará solo a la conclusión de cuales son los
cursos y los talleres necesarios en este momento de la vida.
- - Evitar la sobre exigencia: Muy poca gente
podrá superar el 100% de sus objetivos en este año 2020, menos aún mientras
esté vigente el distanciamiento social obligatorio. Es bueno pensar que, es
probable, que algo quede afuera. Comprender la magnitud de la situación y
bajar, aunque sea un poco, la intensidad de las expectativas. No se trata de
resignación, sino de salud mental. Desde este espacio alentamos e incentivamos hacia
el avance y la producción, pero sobre pasar los propios límites solo llevará a
disparar la angustia. La palabra clave es realismo, mirarse al espejo y poder
hacer el cruce de variables entre lo que puedo, lo que debo y lo que necesito. Por
último, y no menos importante, de aquí en más celebrar cada pequeño logro y auto
recompensarse.
- - Preferir el mix teoría y práctica: Nos
encontramos todos y todas sobre saturados de teconología y expuestos a
pantallas y conexiones por demás. En este contexto, si un curso ofrece la posibilidad
de aplicar los conocimientos en hechos reales que den cuenta de la aplicación
de esos conocimientos, todo será mucho más productivo. Si esos nuevos saberes,
además, tienen un anclaje por fuera de la conexión, será maravilloso. También resulta
interesante que una capacitación agregue valor humano, con nuevos contactos y
redes de colegas con quienes interactuar en tan difíciles momentos. Tal vez
suene un poco cursi, pero no quedarnos solos en la tormenta es lo único que nos
puede salvar.
Fernanda Santágata