Crisis es
la palabra que parece circular con mayor frecuencia en los tiempos que corren. Sin
embargo, es posible llevar adelante inversiones rentables e innovadoras con éxito
en la segunda mitad del 2019. Por estos días hay algunas actividades que están
en un gran momento. En principio, hay destacar que es el período destacado de
las áreas de servicios. Las empresas buscan, cada vez más, salir a contratar
profesionales de modo freelance para cubrir necesidades internas. Lo que sucede
es que en el contexto de caída del empleo se establecen nuevas reglas con
escenarios dinámicos que hay que saber interpretar y, a su vez, aprovechar. Quienes
estén dispuestos a modificar su estructura de acción de cara a ofrecer
soluciones profesionales tiene un panorama prometedor.
En los
últimos meses se conocieron estadísticas según las cuales la tendencia de las
compañías se orienta a desarmar grandes estructuras para reorganizarse en nuevos
formatos. Esto está asociado a un hecho fundamental y es el ahorro colateral,
ya que colaboradores en modalidad independiente implican un 50% de menos en
cargas sociales por cada uno de los empleados. En cuanto a la simetría de los
vínculos laborales, la otra parte involucrada en esta cuestión, el profesional
o colaborador freelance cuenta la posibilidad de ofrecer sus tareas a cuantas
organizaciones así lo desee. En este contexto, el 53% de las firmas de
Argentina decide abastecer la planta con mano de obra bajo contrato temporal. La
condición monotributista es una realidad que no para de crecer en todas las
industrias nacionales. De los 6,1 millones de contratados “estables” del sector
privado, 1,6 son personas adheridas a este sistema tributario.
Pero esta
coyuntura no se circunscribe solamente a la Argentina de la crisis actual o a las
regiones de economías emergentes. En la última edición del Word Economic Forum
se dejó en manifiesto que entre el 20% y el 30% de la población mundial activa
de los países desarrollados se sustenta de actividades realizadas de modo
freelance. Algunas de las áreas más buscadas, y que se desarrollan con mayor
fluidez en el formato independiente, son: Diseño gráfico y multimedial, artes
audiovisuales, todos los vértices del marketing y las ventas, programación
informática, soporte IT y, en el último tiempo, las principales ramas de las
gestiones administrativas. Además, los actuales esquemas de trabajo admiten
roles que entran y salen de las empresas según así lo marquen las necesidades. Por
esta razón, las asesorías de las principales profesiones son requeridas y muy
bienvenidas.
Es importante
destacar que un trabajador independiente sin contrato exclusivo no es otra cosa
que un emprendedor en fase inicial. Muchos proyectos grandes y ambiciosos han
comenzado con una sola persona que ofreció su know how y experiencia a una
pequeña o mediana compañía. La actual situación de reconfiguración de escenario
laboral es una posibilidad de inversión hacia nuevos negocios. Para que estas
propuestas sean viables y exitosas es vital tener presente los tres requerimientos
centrales: Formación permanente, inversión en herramientas necesarias y
planificación idónea para cumplir requisitos.
Fernanda Santágata
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