El sueño de muchos es administrar un emprendimiento propio,
poseer un negocio propio y, en definitiva, ser el propio jefe. De más está
decir que no es fácil conseguirlo, pero tampoco es sencillo conservar la posición
añorada sin sobresaltos. Hay algunos temas referidos a la independencia que son
complicados de llevar adelante, sobre todo para quienes han permanecido la
mayor parte de su vida laboral en relación de dependencia. Existen algunas
cuestiones vinculadas a la auto exigencia y a la sobredimensión de las
expectativas les juegan en contra a los emprendedores en sus comienzos.
Aquí
algunos puntos para tener en cuenta para evitar caer en las trampas de ser el
propio jefe:
1 – Exceso en la jornada de trabajo: La falsa idea que
trabajar más horas es productivo para el emprendimiento o contribuye a incrementar
los ingresos se cae por si sola cuando esto atenta contra la salud y el
bienestar.
2 – Olvidar el porqué y para qué: Es muy común que, una vez iniciado
el emprendimiento y con los primeros buenos resultados, muchos olviden porque y
para que se independizaron. Esta segunda trampa consiste en reproducir, una vez
más, el mismo escenario de conflicto del que se decidió salir en el pasado.
3 – Reconstruir una falsa relación de dependencia: Ser
independiente significa tener muchas responsabilidades, pero también poder
disfrutar de los beneficios de la libertad. Si la nueva vida no arrastra bondades
y privilegios, entonces muy pronto la exigencia del emprendimiento propio
perderá sentido y caerá por su propio peso.
4 – Sobredimensionar los pedidos de los clientes: El cliente
es un agente externo que adquiere productos y/o servicios con el que, de forma
eventual, se genera una relación frecuente y fluida. Esto no significa que el
cliente es el jefe del emprendedor. Ese limite es imprescindible que esté
claro.
5 – Resignar espacios: Las herramientas digitales son
maravillosas, sobre todo para los que trabajan de forma independiente, dado que
contribuyen a la evolución del negocio propio. Sin embargo, si no tiene el
control y la disciplina correspondiente, se pueden tornar invasivas y tiranas
para el emprendedor.
6 – Contaminar la vida privada: El emprendimiento debe tener
su propio espacio. Esto significa el tiempo destinado al trabajo en el o los
lugares que se eligieron para tal fin. El desafío de preservar la vida personal
siempre es una constante en la vida del emprendedor.
7 – Detectar las falsas promesas: Todo emprendedor debe
tener una mirada atenta y un ojo crítico ante los agentes externos, ya sean
clientes, prospectos o posibles aliados estratégicos. Cuanto menor sea la
cantidad de falsas expectativas, menos frustración y más motivación en curso.
Fernanda Santágata
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