La procrastinación no es un mal de nuestros días. Existe desde siempre, porque
el cerebro quiere eludir situaciones o tareas que lo estresan. Lo que sucede es
que, en nuestros días, tenemos un abanico tan grande a la mano para distraernos
que es difícil resistir a las tentaciones. El significado de procastinar es demorar,
retrasar o aplazar una tarea o acción. Y no cualquier acción o cualquier tarea,
sino una que se percibe como abrumadora, desafiante, inquietante, peligrosa,
difícil, tediosa o aburrida. Es decir, una tarea o acción que nos estresa.
Lo que ocurre, por lo general, en el cerebro, es una doble lucha: Por un
lado la batalla para conseguir las metas planteadas, por el otro la lucha por
el placer y el bienestar. Eso incluye huir de situaciones estresantes, luego de
lo cual, la pelea es para manejar la culpa, la prisa o el juicio por no haber
conseguido los planes que teníamos. Todo esto no hace más que redundar en… ¡Más
estrés!
Si sentís que esta es tu situación, tomá nota de cómo darle indicios a tu
cerebro de que todo está (y estará) bien:
1 – Planificá: Es importante
hacer lugar en nuestra agenda y en nuestra cabeza para todo. Por eso la
planificación nos ahorra correr contra reloj y ayuda a sacar lo mejor de
nosotros.
2 - Elimina distractores: Apagar
o dejar en otra habitación el celular, cerrar Facebook, Instagram, Twitter, Netflix
o cualquier otra aplicación que consuma tiempo y no sea indispensable. Solo dejá
activo lo que te resulte obligatorio para alcanzar el éxito.
3 - Crea recompensas: No hay nada
como saber que tenemos premio al terminar una acción. Puede ser un paseo, un capítulo
de tu serie favorita o hasta una siesta de 20 minutos ¿Por qué no?
4 - Aplica la “Teoría de 1 minuto”:
Cuando comenzamos con una tarea nuestro cerebro se “engancha” y quiere hacer
más. Por eso, planificar un minuto de una actividad es un buen paso para
comenzar con eso que nos cuesta más.
5 - Establece rutinas: Muchos
piensan que lo que más les gusta es huir de la rutina. Sin embargo, en cuanto a
las tareas y la respuesta que podemos esperar de nuestro cerebro, lo mejor es
tener una rutina. Cuando una mente está acostumbrada a seguir una rutina, y
siente que la secuencia se interrumpe, busca por todos los medios poder
completar la secuencia. Es entonces el momento en que está más dispuesta a
hacer esa tarea que agrada menos.
Contanos ¿Sufrís de
procrastinación? ¿Qué técnicas tenes para llevar adelante las tareas que menos
te gustan?
Nadia Dierna
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