lunes, 18 de junio de 2018

Digale NO a la procrastinación


La procrastinación no es un mal de nuestros días. Existe desde siempre, porque el cerebro quiere eludir situaciones o tareas que lo estresan. Lo que sucede es que, en nuestros días, tenemos un abanico tan grande a la mano para distraernos que es difícil resistir a las tentaciones. El significado de procastinar es demorar, retrasar o aplazar una tarea o acción. Y no cualquier acción o cualquier tarea, sino una que se percibe como abrumadora, desafiante, inquietante, peligrosa, difícil, tediosa o aburrida. Es decir, una tarea o acción que nos estresa.

Lo que ocurre, por lo general, en el cerebro, es una doble lucha: Por un lado la batalla para conseguir las metas planteadas, por el otro la lucha por el placer y el bienestar. Eso incluye huir de situaciones estresantes, luego de lo cual, la pelea es para manejar la culpa, la prisa o el juicio por no haber conseguido los planes que teníamos. Todo esto no hace más que redundar en… ¡Más estrés!

Si sentís que esta es tu situación, tomá nota de cómo darle indicios a tu cerebro de que todo está (y estará) bien:


1 – Planificá: Es importante hacer lugar en nuestra agenda y en nuestra cabeza para todo. Por eso la planificación nos ahorra correr contra reloj y ayuda a sacar lo mejor de nosotros.

2 - Elimina distractores: Apagar o dejar en otra habitación el celular, cerrar Facebook, Instagram, Twitter, Netflix o cualquier otra aplicación que consuma tiempo y no sea indispensable. Solo dejá activo lo que te resulte obligatorio para alcanzar el éxito.

3 - Crea recompensas: No hay nada como saber que tenemos premio al terminar una acción. Puede ser un paseo, un capítulo de tu serie favorita o hasta una siesta de 20 minutos ¿Por qué no?

4 - Aplica la “Teoría de 1 minuto”: Cuando comenzamos con una tarea nuestro cerebro se “engancha” y quiere hacer más. Por eso, planificar un minuto de una actividad es un buen paso para comenzar con eso que nos cuesta más.



5 - Establece rutinas: Muchos piensan que lo que más les gusta es huir de la rutina. Sin embargo, en cuanto a las tareas y la respuesta que podemos esperar de nuestro cerebro, lo mejor es tener una rutina. Cuando una mente está acostumbrada a seguir una rutina, y siente que la secuencia se interrumpe, busca por todos los medios poder completar la secuencia. Es entonces el momento en que está más dispuesta a hacer esa tarea que agrada menos.

Contanos ¿Sufrís de procrastinación? ¿Qué técnicas tenes para llevar adelante las tareas que menos te gustan?

Nadia Dierna

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